El bullying deja huellas profundas, aprendamos a prevenirlo
- Benjamin Rabanales
- 6 oct
- 2 Min. de lectura

El bullying, o acoso escolar, no es solo una experiencia dolorosa durante la adolescencia: puede dejar secuelas emocionales y psicológicas que perduran en el tiempo. Comprender su impacto y saber cómo actuar es clave para prevenirlo y proteger la salud mental de quienes lo sufren.
¿Qué es el bullying y cómo se manifiesta?
El bullying se define como una conducta repetida de agresión —física, verbal o psicológica— hacia otra persona, con el objetivo de causarle daño o humillación.En adolescentes, puede presentarse de diversas formas:
Bullying físico: golpes, empujones o daño a las pertenencias.
Bullying verbal: insultos, apodos o burlas constantes.
Bullying social: exclusión, rumores o manipulación del grupo.
Ciberbullying: acoso a través de redes sociales, mensajes o contenido digital.
Identificar estas conductas a tiempo permite intervenir antes de que el daño psicológico sea mayor.
Impacto psicológico del bullying
El impacto del bullying en la salud mental adolescente puede ser profundo. Entre las consecuencias más comunes se encuentran:
Ansiedad y miedo constante a asistir al colegio.
Baja autoestima y sentimientos de inutilidad.
Síntomas depresivos y aislamiento social.
Dificultades para concentrarse o mantener el rendimiento académico.
En casos severos, ideación suicida o autolesiones.
El entorno emocional del adolescente —su familia, amigos y comunidad educativa— juega un papel decisivo para frenar el ciclo del acoso y ofrecer apoyo psicológico oportuno.
Cómo actuar frente al bullying
Si eres víctima o testigo de bullying, no te quedes en silencio. Estas son algunas acciones efectivas para enfrentar la situación:
Hablar con un adulto de confianza. Puede ser un profesor, orientador o familiar.
Registrar los hechos. En casos de ciberacoso, guardar mensajes o capturas ayuda a denunciar.
Evitar la confrontación directa. No responder con agresión reduce el riesgo de escalamiento.
Buscar apoyo psicológico. La intervención temprana ayuda a fortalecer la autoestima y manejar la ansiedad.
Promover la empatía. Educar a los adolescentes sobre respeto y diversidad emocional previene futuros casos.
Prevención y acompañamiento emocional
En Terapéuticamente entendemos que la adolescencia es una etapa de cambios intensos y vulnerabilidad emocional. Nuestro equipo multidisciplinario trabaja en el manejo de crisis y educación emocional, ofreciendo espacios seguros donde los adolescentes pueden desarrollar habilidades sociales, reconocer sus emociones y fortalecer su bienestar psicológico.
El bullying no debe normalizarse. Su impacto psicológico puede marcar la vida de una persona, pero con educación emocional, acompañamiento clínico y una red de apoyo sólida, es posible sanar y prevenir.
Si sospechas que tu hijo o hija está viviendo una situación de acoso, agenda una evaluación con nuestro equipo especializado. Estamos aquí para acompañarte.

